Defectos Óseo Crítico
La existencia de defectos óseos masivos se puede producir tras un traumatismo, por una infección, o tras las resección de tumores óseos. Su tratamiento es difícil, con pocas opciones de reconstrucción biológica del tejido óseo. Las técnicas basadas en la osteogénesis a distracción (transporte óseo) y los colgajos vascularizados microquirúrgicos (peroné vascularizado) son el estándar en este escenario, con el objetivo de evitar la amputación de la extremidad.
¿Qué es un defecto óseo masivo y como se produce? Un defecto óseo segmentario o crítico (critical-size defect) es aquella pérdida de tejido óseo que el organismo no es capaz de curar por sí mismo. Recordemos que el tejido óseo es uno de los pocos en el organismo humano que tiene la capacidad de regenerarse de forma natural, como tras una fractura. La fractura se curará creando nuevo tejido óseo (callo de fractura) y este es capaz de “saltar” pequeños defectos de hueso. Cuando el defecto es mayor a 0.5-1 cm, esto no va a ser posible. Actualmente vemos defectos óseos en cuatro escenarios diferentes: tras fracturas (postraumáticos), tras infecciones, tras la resección de tumores óseos y en casos de recambio protésico.
¿A qué huesos suele afectar y qué consecuencias tiene? Podemos encontrar un defecto óseo en cualquier hueso del esqueleto humano, pero es en la extremidad inferior (fémur y tibia) donde es más frecuente. La existencia de un defecto óseo masivo es una situación altamente incapacitante: el paciente será incapaz de soportar su propio peso y puede experimentar un intenso dolor. Si no somos capaces de solucionar el defecto óseo, es posible que la única solución sea la amputación. En el caso de que el defecto óseo se acompañe de una infección, la situación será aún más compleja (defecto óseo séptico – septic critical size defect).
¿Cómo podemos solucionar un defecto óseo? Las posibles soluciones para un defecto óseo masivo se agrupan en tres categorías: amputación (que no es un fracaso, es una opción reconstructiva más y, en ocasiones, la mejor alternativa); reconstrucciones no biológicas (prótesis estándar, megaprótesis, o mallas tridimensionales a medida) y muy pocas opciones de reconstrucción biológica. Como parece lógico, lograr la reconstitución biológica del hueso perdido constituye la opción ideal. Dentro de éstas tenemos el aporte de injerto (solo válido para defectos pequeños), el uso de colgajos óseos vascularizados microquirúrgicos (injerto de peroné libre vascularizado) y el uso de técnicas basadas en la osteogénesis a distracción (transporte óseo o técnicas de acortamiento-alargamiento). En nuestra opinión, las técnicas basadas en la osteogénesis a distracción son las ideales en los defectos óseos de la extremidad inferior de adulto y reservamos el peroné libre vascularizado para los defectos de la extremidad superior y en muchos defectos óseos en niños.
¿Qué es un transporte óseo? Mediante el transporte óseo somos capaces de solucionar grandes pérdidas de tejido óseo, logrando un hueso neo-formado prácticamente idéntico al perdido. Mediante un aparato que se coloca por fuera de la piel, conectado al hueso mediante tornillos o agujas (fijador externo), y tras realizar una fractura en el hueso (osteotomía), usamos la capacidad del hueso de regenerarse de forma natural para crear nuevo tejido óseo. Cuando un hueso se rompe, el tejido óseo se regenera para fijar la fractura (callo de fractura); utilizando estos sistemas de fijación externa, somos capaces de separar los fragmentos óseos, estirando así el callo de fractura, que seguirá formando hueso nuevo (hueso regenerado), consiguiendo reparar el defecto óseo. Este procedimiento de osteogénesis por distracción del callo de fractura (callotaxis) es la base, no solo de transporte óseo, sino también de los alargamientos óseos (ver apartado correspondiente) y de la corrección de deformidades esqueléticas. El transporte óseo se realiza de forma progresiva a una velocidad que suele ser de 1 mm al día (fase de transporte). Una vez que han contactado los fragmentos óseos en el denominado punto de atraque, tendremos que esperar a que el tejido óseo neo-formado cure (fase de maduración) y que consolide el punto de atraque. Posteriormente podremos retirar el fijador externo, obteniendo la reconstrucción de la deformidad. Una característica muy importante de esta técnica es que nos permite corregir, simultáneamente, cualquier deformidad esquelética existente y lograr igualar la longitud de las extremidades.